Alejo Carpentier

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(1904-1980)

Novelista, ensayista y musicólogo cubano, que influyó notablemente en el desarrollo de la literatura latinoamericana, en particular a través de su estilo de escritura, que incorpora todas las dimensiones de la imaginación —sueños, mitos, magia y religión— en su idea de la realidad.

Se le considera el primer representante del llamado "Realismo mágico" que él consideraba patrimonio del continente americano. Defiende lo "real maravilloso" frente a lo "maravilloso surrealista" que considera artificioso.

Biografía

Nació en La Habana el 26 de diciembre de 1904, hijo de un arquitecto francés y de una cubana de refinada educación. Estudió los primeros años en La Habana y a la edad de doce años, como la familia se trasladó a París durante unos años, asistió al liceo de Jeanson de Sailly, y se inició en los estudios musicales con su madre, desarrollando una intensa vocación musical que se refleja en su literatura. Ya de regreso a Cuba comenzó a estudiar arquitectura, pero no acabó la carrera. Empezó a trabajar como periodista y a participar en movimientos políticos izquierdistas, formando parte, entre 1923 y 1924, del "Grupo Minorista" que abogaba por una renovación de los valores nacionales de Cuba. Más tarde, se incorpora a las movilizaciones políticas contra Machado y el imperialismo norteamericano. Fue encarcelado y a su salida se exilió en Francia en 1928 hasta 1939. Volvió a Cuba donde trabajó en la radio y llevó a cabo importantes investigaciones sobre la música popular cubana. Viajó por México y Haití donde se interesó por las revueltas de los esclavos del siglo XVIII. De esta inquietud nace su primera gran obra El reino de este mundo (1949), que marcó el inicio de una larga carrera literaria caracterizada por el análisis cultural que hace de la América Latina. En dicha novela narra la historia de la revolución haitiana y del tirano del siglo XIX Henri Christophe. Marchó a vivir a Caracas en 1945 y no volvió a Cuba hasta 1959, año en el que se produjo el triunfo de la Revolución castrista. Desempeñó diversos cargos diplomáticos para el gobierno revolucionario. En 1976 es galardonado con el Premio Cervantes de Literatura. Murió en 1980 en París, donde era embajador de Cuba.

Literatura

Carpentier recibió la influencia directa del surrealismo, y escribió para la revista Révolution surréaliste, por encargo expreso del poeta y crítico literario francés André Breton. Sin embargo, mantuvo una posición crítica respecto a la poco reflexiva aplicación de las teorías del surrealismo e intentó incorporar a toda su obra la lo real maravilloso, una forma de ver la realidad que, mantenía, era propia y exclusiva de América.

Entre sus novelas cabe citar El reino de este mundo (1949), escrita tras un viaje a Haití, centrada en la revolución haitiana y el tirano del siglo XIX Henri Christophe, y Los pasos perdidos (1953), el diario ficticio de un músico cubano en el Amazonas, que trata de definir la relación real entre España y América siguiendo la conquista española. Se considera que es su obra maestra, un intento de llevar a cabo su idea de construir una novela que llegue más allá de la narración, que no sólo exprese su época sino que la interprete.

Guerra del tiempo (1958) se centra en la violencia y en la naturaleza represiva del gobierno cubano durante la década de 1950.

En 1962 publicó El siglo de las luces, en la que narra la vida de tres personajes arrastrados por el vendaval de la Revolución Francesa. Más que una novela histórica, o una novela de ideas es, en la interpretación de algunos críticos, una cabal novela filosófica.

Concierto Barroco (1974) es una novela en la que expone sus visiones acerca de la mezcla de culturas en Hispanoamérica.

El recurso del método (1974) y La consagración de la primavera (1978), obras complementarias y difíciles; la primera suele "considerarse como la historia de la destrucción de un mundo", la caída del mito del hombre de orden, mientras que la segunda representa la larga crónica del triunfo en Cuba de un nuevo mito, que Carpentier trata de explicar desde su imposible papel de espectador: el autor trata de explicar el inconciliable desajuste entre el tiempo del hombre y el tiempo de la historia.

A pesar de su corta producción narrativa, Carpentier está considerado como uno de los grandes escritores del siglo XX. Él fue el primer escritor latinoamericano que afirmó que Hispanoamérica era el barroco americano abriendo una vía literaria imaginativa y fantástica pero basado en la realidad americana, su historia y mitos. Su lenguaje rico, colorista y majestuoso está influido por los escritores españoles del Siglo de Oro y crea unos ambientes universales donde no le interesan los personajes concretos, ni profundizar en la psicología individual de sus personajes, sino que crea arquetipos —el villano, la víctima, el liberador— de una época.
 
Muere en 1980 en París, donde era embajador de Cuba.

                                                           
 

 Alejo Carpentier. (1904 - 1980)

Importante intelectual cubano de cultura universal, figura cimera de la novelística cubana y uno de los más relevantes escritores de la lengua española de la última centuria.

Aunque inicia la carrera de Arquitectura en la Universidad de La Habana, pronto la abandona por la practica del periodismo cultural.

Su letra queda en todas las publicaciones importantes de la época. Participa en la famosa Protesta de los Trece (1923), liderada por Rubén Martínez Villena, y forma parte del Grupo Minorista. A fines de la década del veinte viaja a México para un congreso de escritores, allí entabla amistad con el pintor Diego Rivera. Se encuentra entre los fundadores de la Revista de Avance,. En ella publica su poema Liturgia. Por esa época sufre prisión, acusado de comunista; en la cárcel escribe la primera versión de su novela ¡Ecue-Yamba-O! .

Después de su liberación, organiza junto con Amadeo Roldán conciertos de música en los que estrenan en Cuba obras de Stravinsky, Poulenc, Eric Satie, Malipiero., mientras, realiza colaboraciones para diferentes revistas culturales. En viaje a Francia participa activamente del ambiente cultural e intelectual, vinculándose con las más importantes figuras de la época, como André Breton, Louis Aragon, Tristan Tzara, Paul Eluard, George Sadoul, Benjamín Peret, Chirico, Ives Tangui, Raymond Quenau, Edgar Varesse, Arthur Honegger, Pablo Picasso. entre otros.

Dirige los estudios "Fonoric", de París, dedicados a grabaciones musicales y programas de radio (1933-1939), tiene amistad con Federico García Lorca, Rafael Alberti, José Bergamín, Pedro Salinas. Participa, como representante de Cuba, en el II Congreso por la Defensa de la Cultura, celebrado en Madrid y Valencia en 1937, en compañía de Nicolás Guillén, Juan Marinello y Félix Pita Rodríguez.

Por encargo del Fondo de Cultura Económica de México, realiza investigaciones musicológicas, en Cuba, especialmente en Santiago de Cuba, las cuales permiten las revalorizaciones del figuras relevantes de la música cubana como Esteban Salas y de Manuel Saumell. En Venezuela, realiza trabajos relacionados con la publicidad y la radio. Al triunfo de la Revolución Cubana, regresa a su patria, donde es nombrado vicepresidente del Consejo Nacional de Cultura. Imparte clases de Historia en la Universidad de La Habana y al crearse la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, figura entre sus vicepresidentes, además de ser uno de los responsables de la revista Unión, junto con Nicolás Guillén y Roberto Fernández Retamar. Ocupa la dirección de la Editorial Nacional de Cuba en 1963, cargo que desempeña hasta 1968, año en que es designado ministro consejero para asuntos culturales en la Embajada de Cuba en París.

Su obra narrativa:

¡Ecué-Yamba-O!  1933
Viaje a la semilla
El reino de este mundo
Los pasos perdidos
El acoso
Guerra del tiempo
El siglo de las luces
El derecho de asilo
El recurso del método
La consagración de la primavera
El arpa y la sombra

Entre los premios más significativos de su trascendente vida cultural se encuentran los Premios internacionales "Cino del Duca" y "Alfonso Reyes 1975". Y el Premio "Cervantes" de Literatura, correpondiente a 1978. También le fue conferido el Doctor Honoris Causa en Lengua y Literatura Hispánicas de la Universidad de La Habana